Ir al contenido principal

Nos quedamos en casa: Andrés Olivier

Dueño de una mano implacable a la hora de quemar redes y surgido de las inferiores de Argentino cuando se gestó la Liga Nacional, el hoy habitante de Rosario repasa su interesante carrera. Un jugador inteligente que de jóven pudo debutar en los primeros años de la liga jugando en El Cuevero y a 2 cuadras de su casa. Tipo de entablar amistades fuertes con sus compañeros a tal punto de traerlos a Firmat cuando jugaba en Newells. El Mono o Ficha, un hermoso jugador que se dio gustos jugando el deporte que más ama, uno de ellos haber sido invitado por Hugo Sconochini a su fiesta de despedida en Cañada de Gómez.


El reconocimiento de Newells en su estadio para Andrés, Bianchini y Ottolini



-Contame tu primer relación con el básquet de pibe y quien era tu profe.

-Mi relación con el básquet arranca por mi abuelo cuando yo tenía –bien no me acuerdo- 2 años y me llevaba al Parque 12 de Octubre donde había unos aritos que todavía están. Era una columna de hierro con los aros que los he visto en el parque y empezamos a tirar al aro ahí, después como mi abuelo iba mucho al Club Argentino a jugar al ajedrez empecé a ir al club no me acuerdo bien a qué edad pero 4 o 5 años ya estaba en el club y desde ahí no paré más hasta los 18. Los primeros entrenadores si mal no recuerdo eran chicos monitores, después tuvimos a Amadeo Ferrari y después a Pocho (Abdala).
Lo que si me acuerdo que comentaba Pocho Abdala del recuerdo que tengo de la cancha de mosaico rojo o no del otro el amarillo creo, cuando arrancamos a entrenar al principio me acuerdo que eran chicos de entre 4 años y 8 o 10 porque como decía Pocho Abdala no éramos muchos y entrenábamos todos juntos.
-Yo también agregaría que lo importante de las formativas, nosotros gracias a tener 2 equipos en la ciudad 2 equipos en Liga Nacional con jugadores, entrenar en mejor nivel y la bola que se le dio desde que éramos mini, recordá que cuando jugamos contra los Cadetes de Ferro ese amistoso que le ganamos, en ese momento teníamos un nivel competitivo muy alto por ser un pueblo de 20000 habitantes y con pocos chicos. Le jugamos antes de Argentino y Ferro en Liga Nacional y le ganamos en cancha nuestra y ellos traían a Coisson que medía no se cuanto y otros jugadores más. El trabajo que se hizo en el pueblo gracias a la Liga Nacional y a las ganas que le pusieron los clubes nuestros, los 2 en realidad, era un nivel recontra interesante y eso fue hermoso y todo el mundo jugaba al básquet y todos los chicos estaban ahí que es lo más sano que hay. Estar en el club es lo más saludable que hay.

-¿En qué momento le empezaste a encontrar otro gusto? hablo de las primeras veces que competiste o en la pre adolescencia.

-En realidad si yo te digo lo que siento y recuerdo es que desde los 3 años estaba todo el día en mi casa picando con la pelota picando adentro, es algo que en ese momento era todo, me encantó desde chiquito. Después con el paso del tiempo y después de mini que venía infantiles y uno competía con tablero por supuesto que uno se metió mucho mas. Pero esa pasión de picar la pelota todo el día era de chiquito en mi casa de ahí ya me gustaba muchísimo.
Por eso también algunos jugábamos al fútbol, básquet, al tenis pero el básquet fue siempre lo principal y lo que más me gustó.

-En la adolescencia y sobre a todo a vos que después jugaste liga en Rosario, Venado, Campana  y hasta en Bariloche ¿A quienes te tocó enfrentar en inferiores de la Cañadense y después terminaron siendo figuras del básquet de nuestro país?

-De esa época en anécdotas y lo que más valoro –vos también has jugado en contra- es el Huguito Sconochini, mostro capitán de la Selección Argentina. Demostró ser un genio como persona –que nunca lo dudé- pero él cuando se retira hace una fiesta con partido homenaje en Cañada de Gómez para despedirse e invita a Magnano y a todos, me llamó varias veces y yo no quería ir porque me daba un poco de vergüenza. Me llamó para que vaya a su fiesta porque se acordaba de cuando jugábamos en contra y nos habíamos hecho amigos y competíamos mucho y compartí una selección cañadense que salimos campeones de la provincia. Te lo nombró a él porque es el que más siento como amigo y capo que llegó a ser campeón de la Selección Argentina.
Después jugamos en contra con Sucatsky, Trentini todos los chicos de Sport de Cañada. Algunos seleccionados compartí con Walter Herman pero cuando éramos más grandes, cuando Walter pasaba a Atenas de Córdoba y después llegaba a la NBA, en contra hemos jugados en provincial con Delfino (Carlos) que era bastante chico recién arrancaba, ya te hablo de un poco más de años, tenía 22. Con Huguito jugamos para la Cañadense un torneo en Cañada que salimos campeones provinciales y si querés como dato extra el técnico era Lamas. Era una selección juvenil.
Argentino realizó un partido a beneficio de la mano de Antonio Porta. Ese día Scnochini y Andrés jugaron juntos
"El trabajo que se hizo en el pueblo gracias a la Liga Nacional y a las ganas que le pusieron los clubes nuestros, los 2 en realidad, era un nivel recontra interesante y eso fue hermoso y todo el mundo jugaba al básquet y todos los chicos estaban ahí que es lo más sano que hay. Estar en el club es lo más saludable que hay".


-Hay un día muy recordado cuando recién tenías 17 años y debutaste –creo- en la Liga contra River. Hiciste 8 puntos y jugaste muy bien, era como un debut en un incipiente profesionalismo ¿Qué recordás de esa noche y del vestuario?

-El debut no fue ese día, yo tengo una fotito, fue el año anterior en el 86 que jugaba muy poco y los cadetes íbamos rotando. Tengo la foto contra Asociación Española, la primera vez que entré. Contra River fue en el 87, fue una cosa inesperada por cuestiones del juego me tocó entrar y un poco te diría sin pensarlo mucho y con la inexperiencia de un chico me salieron esos últimos 10 minutos de juego y le ganamos a River que era un candidato. Siempre supe que la opción de ellos era que tire yo antes que los demás, ellos arriesgaron bien lo que pasa es que yo tuve suerte. En el vestuario me acuerdo que estaba el Vasco (Aispurúa), Luis Oroño, todos me saludaban, felicitaban. El Vasco es otra persona excepcional que me la crucé hace poco en Santa Fe y cada vez que me lo cruzo, un tipazo, mejor tipo que jugador.
Con respecto al partido con River, la idea nuestra era que los juveniles entrabamos a correr y defender y pasar bastante la pelota porque entendíamos que las mejores opciones  eran los otros. Ese día se dio mucho para que yo tomara ese protagonista porque yo entraba a correr, defender  y pasar la pelota pero era como que me sobraban mucho como para que yo tomara las decisiones y te diría que un poco irrespetuosamente las tomé y me salió bien. Era también la personalidad y la confianza en uno lo que me llevó a hacer eso.

-¿Qué otra cosa recordás de esas primeras posibilidades de entrenar con grandes siendo un pibe?

-Algo que me quedó grabado y nunca me olvido de tanto estar en el club y a veces hasta de noche. Yo me quedaba ahí  y Chicho (Porta) no me llamaba, yo no estaba para jugar, y me acuerdo que estaba Meltón (estadounidense)  y me puso una silla me paró arriba y me puso con las manos arriba para que el Melton tirara por arriba mío. Fue uno de los días más felices porque viste cuando sos chico… me fui a mi casa chocho.

-Hablame de profes y entrenadores en la etapa formativa y después en la de primera división.

-Hablar de cada uno porque tuve un montón sería muy largo, en la parte formativa por supuesto que Pocho Abdala nos marcó a todos, fuimos un grupo que desde mini hasta juveniles fuimos un grupo compacto que no faltábamos nunca y Pocho tuvo mucho que ver en eso. Después como adulto tuve varios y muy buenos, desde Chicho (Porta) a Horacio Seguí en Bariloche, Mario Guzmán. Son estilos diferentes te diría pero son gente que le ha puesto todo al básquet, ha dejado su vida y de cada uno se aprenden cosas diferentes. No te hablo de la táctica, diferentes formas de manejar grupos, motivar, eso es en lo que se diferencian. En cuanto a la táctica cada uno tendrá la suya pero he tenido la suerte de estar con gente que ha motivado de diferentes formas y me ha enseñado a jugar, transmitir de diferentes formas y que han trascendido a nivel nacional en nuestro básquet. También recuerdos de Pablo Dángelo que tuve mucho con él en Newells en el TNA y me ha dado muchas oportunidades.

- ¿Y de la experiencia que tuviste jugando en Bariloche el TNA? En un lugar que sin tradición en el básquet y que marcó una etapa en esos tiempos y vos estuviste allí.

-Nos reencontramos el año pasado, hace  6 meses que se cumplieron 30 años porque fue en 1990 y nos reencontramos todos, una alegría bárbara, nos abrazamos, lloramos. Fue un año hermoso donde convivimos 8 jugadores en un hotel, teníamos entre 20 y 25 años nos hicimos muy amigos, muy compinches y solidarios. Fue una experiencia hermosa en todo sentido, difícil al principio por dejar a los 19 años tu casa, tus amigos, tu novia y tu familia para irse solo también sirve, y después llegar allá y de a poco ir entrando a jugar y jugar cada vez más. Era un lugar muy especial y por eso se hizo esta fiesta porque el básquet era un acontecimiento social, el equipo fue un acontecimiento social.  En el estadio entraban 3000 personas y todos los viernes o domingos jugábamos con la cancha llena y terminábamos los partidos y la gente bajaba. Tuvimos la suerte de hacer una muy buena campaña por haber ascendido ese año al TNA donde mantuvimos la categoría, jugamos bien, no llegábamos a pelear por el ascenso pero hicimos hacer un torneo.  Como todo después, el Sindicato  de Gastronómicos no pudo aportar más porque no daban los costos porque el problema de Bariloche eran los traslados y las distancias. Y desapareció pero en cuanto a vida y experiencia y basquetbolística -que incluyó a Horacio Seguí como entrenador-  la verdad que fue uno de mis mejores años en todo sentido.

-Y de los compañeros que tuviste esos que además de entrenar uno quiere quedarse a comer un asado y no perderlos nunca ¿Qué me podés contar?

-Te voy a nombrar los que me acuerdo, empezamos por Newells (TNA) son muchos, la verdad, con Marcelo De la Fuente, Gustavo Monella, Pachi Ottolini, El Sapo Estevez en la segunda etapa de Newells con Flavio Bianchini y ahora soy amigo y comparto cosas con él, Fabián Righi también me había hecho muy amigo, el estadounidense Donald Jones, el estadounidense Dothing. De la etapa de Argentino con el Vasco (Aispurúa) nos encontramos y me encantaría comer un asado, también con Daniel Ricci charlar y comer. De los de Bariloche casi todos, nombrar algunos es dejar afuera otros y uno sería injusto pero te diría que en cada grupo que intervine había mucha gente que era copada y más cuando yo era chico. Me gustaba relacionarme con los grandes y he hecho amistades con gente que me llevaba unos cuantos años. Y de la infancia una amistad con Carlos Marone una amistad que perdura hasta el día de hoy gracias al básquet desde mini que vino a Firmat con Olimpia de Cañada de Gómez.
Con respecto a jugadores  de Firmat, cuando jugué en Centenario de Venado íbamos Chicho (Porta), El Negro Dobantón, El Zuri Martín, Daniel Ricci y yo. No recuerdo bien si los miércoles o los jueves, parábamos en un carrito en Murphy  del Tío a comer asado. Esas paradas, yo era el más chico era en el 91 y tenía 21 años  ellos 28 o 30,  y me encantaban. Comíamos y charlábamos, esa es una cosa que se extraña.  Cuando me veo con Bolita Mustafá charlamos y nos acordamos cuando éramos chicos en el Club Argentino.

-Ya más adelante en tu carrera en algún momento te propusieron mientras estabas en Rosario jugar en Ferro en la A.

-Lo de Pablo Dangelo el estaba en Ferro  y el estaba jugando por el descenso y creo que se le había ido un jugador o no tenía más y la situación era complicada y yo estaba totalmente en otra y no me sentía ni entrenado ni capacitado para jugar ni siquiera 5 minutos en la Liga. Fue muy corto y le dije que no podía. En cuanto a lo otro si fue una experiencia también  hermosa  y fue el último año en que jugué con 44 años en el 2014 justo Pablo Menesier amigo de todos estos compañeros que son Luis Farhat,  Juan Luppo, Flabio Bianchini y el Chino Gallardo que jugaban de chicos en Provincial, justó cae de técnico en Ben Hur en la tercera división de la primera, sería en la C pero de Primera Rosarina  que jugas con chicos de 20 años nos reunió y nos empezó a llamar. Nos empezó  a gustar porque era un reencuentro más de vida y de anécdotas y compartir un año juntos más que jugar al básquet. Se dio todo porque lo que nos incentivó fue juntarnos todos después de tanto tiempo y jugar en un mismo equipo, eso fue lo que nos incentivó y una vez que estábamos entrenando lo gracioso era que nos exigíamos más que cuando éramos jóvenes y queríamos ganar más que cuando fuimos  chicos. Nos lesionamos 2 o 3  veces cada uno en el año, a la larga dio resultado porque pudimos ascender con ese equipo y fue un año hermoso también.

En el final de su carrera y con 44 años regresó por el valor de la amistad en la rosarino y con Ben Hur

Comentarios

Entradas populares de este blog

Maravilla Mártinez pasó por TDC NOTICIAS y fue entrevistado en vivo

El ex campeón mundial llegó a Firmat para brindar una charla motivacional y posteriormente un espectáculo de Stand Up con otros humoristas. La humildad, la gran predisposición y una actitud que contagia marcaron el pulso de su estadía en nuestra comunidad. Les dejamos la entrevista realizada en TDC NOTICIAS en el mediodía del miércoles. link para ver la entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=s3hMOjNJQWY

Román Raponi, haciendo camino en las inferiores de Central

El entrenador surgido en Los Andes es un ejemplo para no bajar los brazos y generarse oportunidades. Fue campeón con Los Andes, saltó al profesionalismo boliviano en Potosí como ayudante de Malvestiti, regresó y siguió activo y esperando.  En su búsqueda tuvo premio,  después de un año y medio consiguió su contrato en Rosario Central. Por Eduardo La Negra Bigotti El fútbol y los jugadores ya no son lo mismo que en el 80 o el 90, hoy en inferiores se trabaja con psicólogos, coordinadores, se le está encima al pibe día a día para que sienta que está contenido en su sueño de ser profesional. Román parece haber recibido el premio a la búsqueda y encontró su nuevo lugar el mundo. En su primer año de trabajo con adolescentes, puede dar testimonio que siendo de acá también se pueden tener oportunidades y aprovecharlas. ¿El secreto? Seguir formándose día tras días y no temer a los desafíos. Detalles, formas de trabajo y sus sensaciones en el profesionalismo júnior, están en este

José Galetti volverá a ser el arquero de Argentino en el 2018

Tras el logro del campeonato tan esperado por los cueveros, el arquero confirmó este miércoles que defenderá por tercer año consecutivo los colores de Argentino. Una muy buena para Fitín Casadei entrenador quien ya había confirmado su continuidad la semana pasada. Falta saber si El Bife Orellano se quedará luego de haber pedido una cifra dificil de alcanzar para la dirigencia cuevera.