En las caras de un público diferente y sin
tensiones en las vísperas de un juego se notaba que la jornada tenía otras cosas. La buena decisión de engalanar
la espera con los chiquitos de Firmat y Argentino jugando en dos canchas, las sonrisas de todas
y todos mientras iban acomodándose dibujó la previa. Una llegada diferente de
dos equipos, juntas y en un mismo micro. Jugadoras en lugar de los conocidos de
la Venadense, básquet y rouge para un sábado afectivo.
Entre
presentaciones y reconocimientos, el clima familiar se hizo lugar y le ganó al
de una disputa de básquet tradicional. Los más chiquitos hicieron su pasarela
para recibir primero a Chile y luego a la Selección Argentina. Calidez, el toque femenino y una entrada en
calor que fue poniéndonos a tono con los detalles del juego que vendría. El
mismo juego que conocemos, con pinceladas diferentes, la misma necesidad de que
la bola entre y un aplauso redoblado para el primer doble de Argentina.
El partido no tuvo equivalencias, el
presente, el tiempo transcurrido y la historia
de los dos seleccionados marca una ventaja para Las Lobas que se quedaron con
el triunfo y sumaron horas de partido con la mira puesta en Perú.
Ayer aprendimos más, cada uno de los que
fuimos –un buen marco de público- sentimos que estábamos comprometiéndonos en
un ida y vuelta. Aportar para sumar fondos que la Secretaría de Deportes de la
Nación porque los retiró y aprender del esfuerzo y las destrezas de Las Lobas.
Un resonante último aplauso en el desenlace del juego agradece
su presencia en una ciudad que sigue siendo reconocida por su básquet. El público se para y las abraza desde las
tribunas, un lazo afectivo que se
extiende encuentra nuevas ídolas. Son fotos
cargadas de alegría que se van a replicar en las redes sociales.
La Selección Argentina regala sus últimas sonrisas
y diálogos. Un árbitro uruguayo y otro venezolano se quedan dialogando con ganas
y una predisposición enorme. Ojalá se repita, ojalá les vaya bien en Perú, ojalá el deporte nos siga dando estas lecciones
de vida cerca de casa.
EDUARDO LA NEGRA BIGOTTI
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