Valdivia anotó el único gol de la tarde para Sporting a
los 6 minutos del primer tiempo. Después todo fue de Argentino, que se apuró y
no tuvo profundidad. Solo la prolijidad de Loria puso calidad a una tarde con
tropiezo para el equipo de Mecozzi que tuvo cambios ofensivos pero no pudo lograr la igualdad.
Un gol de Valdivia abrió la tarde y
traumatizó al Cuevero que hacía rato no perdía. Es un equipo al que le cuesta
de local –en el último con Bombal perdía 2 a 0 y lo empató- y que más alla de
las buenas decisiones ofensivas de Pablo Mecozzi, no termina de encontrar la
tranquilidad para jugar sin apuros. Hoy tuvo un dominio del partido pero no
pudo lastimar, encontró en Loria un organizador para poder atravesar líneas
pero no terminó de anotar un empate que hubiera sido justo porque Sporting es
Valdivia y Coffone nada más.
Tras el gol el partido fue metiendo atrás a
la visita, un disparo de Moye para Argentino pasado los diez fue la primera
después del gol. El avance del partido
lo fue poniendo –con viento a favor-impreciso y tratando de sacar provecho de
las pelotas paradas. Jugada la primera media hora Sporting había olvidado la
dirección donde residía Fidalgo, el arquero cuevero. Un tiro de Loria puso
peligro a los 36 y la visita era lo que podía Coffone en la mitad, peleando, ráspano y enredando lo que podía
lograr el equipo de Mecozzi. Una larga para Tossello le dio pista para que el
delantero le diero muy arriba cuando la pelota el bajó ante pisando el área.
Dos postales en los últimos minutos, la llegada de Sporting en un tiro libre
rápido que hizo Lobo Romero y que puso a un compañero en el fondo para el
centro que no pudo captar Valdivia porque Di Pietro cerró, la otra el cambio
ofensivo de Argentino: Aguirre por Di Pietro.
En el segundo Argentino salió decidido, da
la sensación que de local es un equipo de segundo tiempo. Fue arrinconando sin
profundidad, acumulando delanteros (4 fijos arriba y todo el ancho de la cancha
para que no se viniera Sporting). Aguirre se mostró movedizo, vivo para pedirla
y . jugar. Antes de la media hora, otro cambio ofensivo de Mecozzi con el salto
a cancha de Carranza para jugar con dos enlaces. Todo lo buscaba Argentino, todo
lo resistía la visita. Un disparo de Castelar de afuera –junto con Loria
siempre lo más prolijo-, pelotas que nacían desde los pies del Mudo para romper
líneas y no caer en la tentación del centro o el pase largo. Lo buscó, intentó,
también se apuró el local y terminó chocando contra el final del partido que le
dio un premio grande a un equipo limitado y un tiró de orejas para el Cuevero
que venía con su invicto de varias fechas.
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